La Chispa del Parque

Un nuevo proyecto llamado "Park Spark" nos recuerda que casi cualquier cosa puede ser fuente de energía, si sabemos cómo sacarle provecho. El artista visual Matthew Mazzotta inventó un sistema simple que convierte la caca de perro en energía eléctrica.

Los perros hacen la digestión y las bacterias en las heces producen gas metano que se utiliza para encender las luminarias del parque Pacific Street de Cambridge, MA.

Los propios dueños de los perros recogen los excrementos en bolsas biodegradables, los ponen en los dispositivos correspondientes y generan el metano manualmente al mezclarlo con agua mediante una manivela.

La idea de convertir excrementos en combustible no es nada nueva, pero lo novedoso es que esta iniciativa no requiere de una inmensa maquinaria industrial a gran escala para funcionar. Es simple y funciona. ¡Bien por Mazzotta!

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